Ser soltero es una ruina: cómo Esther, Kiko y otros 14 M pueden ahorrar y pierden en la Renta


Todavía existe un sesgo negativo de percepción de la vida soltera aunque los cambios sociales han hecho que vivir solo sea cada vez más habitual.

Hablando con Adolfo Jiménez, presidente de ASEFIGET, la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios, sobre cómo lograr los mejores ahorros en la campaña de la Renta, parece inevitable preguntarle quiénes son los contribuyentes que salen peor parados con esta tributación. ¿Son las personas solteras de las más perjudicadas en sus cuentas con Hacienda?  

“Por supuesto, siempre sin cuestionar cantidades”, responde Jiménez al otro lado del teléfono.  El experto explica que “la persona soltera va a tener más retención también” durante el año, porque estas se van ajustando a lo largo del ejercicio en base a la situación personal. Cuando llegue la hora de presentar la declaración de la Renta, esto no lo pondrá en una posición tan ventajosa, porque de todo lo que es a desgravar “al final, el porcentaje va a ser mucho más alto en una persona que tiene dos o tres hijos o en una familia”.

Hacienda es quizás lo que más duele ahora, porque acaba de arrancar la campaña de la Renta y todo el mundo lo tiene más presente, pero esa no es la única cuenta que no le sale tan bien a los solteros. En general, se podría decir que las cuentas siempre le resultan más difíciles a las personas solteras. Y en España, según el INE, hay más de 14 millones de personas solteras. 

“No es una percepción, es una realidad”, asegura a EL ESPAÑOL Vicent Borras, sociólogo y miembro del Centro de Estudios Sociológicos de la Vida Cotidiana y el Trabajo (QUIT) de la Universidad Autónoma de Barcelona, tras ser preguntado sobre los costes de la vida soltera. “Es más caro en términos económicos”, puntualiza.

“Evidentemente, implica más gasto”, añade por su parte Juan Carlos Martínez, profesor del área de economía en IE Business School, porque la persona soltera debe asumir de forma única todos los gastos del día a día mientras que las emparejadas los dividen a la mitad. Muchos de estos costes finales no varían, consuman dos o consuma uno.

Puede que décadas atrás la soltería se conectase con esa idea de quedarse para vestir santos y no algo positivo, pero las cosas han cambiado bastante. Aunque algunas fuentes todavía creen que existe un sesgo negativo de percepción de la vida soltera, los cambios sociales han hecho que vivir solo sea cada vez más habitual. Entre las franjas más jóvenes, los españoles se casan menos y tienen menos hijos (aunque también tardan mucho en independizarse, recuerda Vicent Borras: “es como un privilegio el vivir solo”). Entre las personas de más edad, viven más tiempo (sobre todo ellas) y, por eso, aumentan los hogares de personas viudas. 

Por tanto, se podría decir que, viendo los datos estadísticos, la tendencia ha sido a que la vida solitaria haya ido en aumento de forma constante, aunque, como apuntan los datos que facilitan desde IPG Mediabrands, este año esté siendo un tanto excepcional. Si en 2021 se produjo un “máximo histórico” causado por la pandemia en las cifras de solteros y divorciados, en 2022 es la primera vez en los patrones recientes que se reduce el número de solteros en España. Ahora mismo son un 2,5% menos que en 2021.

¿Está este pico de emparejamientos vinculado a las necesidades afectivas del mundo post-pandemia? No lo sabemos, aunque el sociólogo Vicent Borras ya señalaba, tras preguntarle si cada vez más personas deciden quedarse solteras, que “la mayoría de la gente no quiere estar sola”, mucho más “en una cultura como la nuestra”.

Y viendo los costes de vida y su constante subida, no es tampoco difícil imaginarse a los españoles buscando una media naranja por cuestiones pragmáticas. Una estadística de la Office for National Statistics británica –y previa a la escalada inflacionista de los últimos tiempos– apunta que una persona que vive sola necesita destinar el 92% de sus ingresos a sobrevivir. Los adultos que viven en pareja bajan ese gasto al 83%.

De hecho, en los últimos años se ha puesto de moda un término, el de la tasa single, para abordar esa penalización que afrontan los solteros en sus patrones de consumo.


Comida que se pone mala

“He tenido pareja durante muchos años y veo la diferencia”, señala Esther, una de las solteras que han querido compartir sus experiencias con este periódico, añadiendo que “todo es más barato para quienes tienen pareja”. Como reconoce Alfonso, otro de los solteros consultados, “en esta sociedad uno no puede hacer nada solo”. El mejor ejemplo para comprenderlo está en la industria del turismo y en la hostelería. Este soltero recuerda que “si te sientas solo en las terrazas, te miran con mala cara”, porque una mesa más completa sale más rentable, pero también que las cartas o las raciones de los restaurantes son excesivas cuando se come en solitario.

Un estudio de hace unos años de Destinia ya concluía que los viajeros solteros gastan de media un 79% más en sus vacaciones que las personas que viajan acompañadas. Y los solteros viajan más en solitario que el resto de la población. “Aunque para los solteros los amigos o la familia son la principal compañía en los viajes, el 9% de los solteros ha hecho un viaje en solitario en los últimos 12 meses, un 185% más que la gente en pareja”, apunta David Sánchez, insight analyst en IPG Mediabrands.

Aun así, el mejor ejemplo de cómo afecta a los solteros que el mercado de consumo haya estado tradicionalmente vinculado a las familias está en el supermercado. Es habitual que los solteros se quejen de que “la comida se estropea”, porque no siempre es posible comprar cantidades más pequeñas de las cosas y acaban teniendo que tirar el excedente.

Es un consumo menos sostenible y también mucho más caro. Como recuerda el economista Juan Carlos Martínez, “en la comida no es más barato cocinar para uno”. No solo no ahorras en la electricidad necesaria para tener al fuego la olla, sino que “los productos están pensados para familias”. Solo hay que pensar en los Donuts que le gustan a Alfonso: vienen en packs de cuatro. “Me obligas a comerme cuatro donuts en días seguidos, porque caducan super pronto”, le recrimina al fabricante.

Aunque el mercado empieza a cambiar y ya es más fácil encontrar formatos más pequeños –pero también comparativamente más caros– en las tiendas, todavía queda bastante por hacer. Las patatas Lay’s, por ejemplo, han hecho un movimiento de marca moderna: tienen un paquete gourmet que venden con el reclamo de “especial para parejas”. Eso sí, los solitarios solo podrán comerse esa ración para dos o la bolsa familiar gigante.

Y, por supuesto, todos estos costes de vida se disparan cuando las personas solteras tienen a su cargo a dependientes. La maternidad o paternidad en solitario implica asumir todavía más gastos de forma única. Un estudio de Meetic y Yoopies concluyó que los progenitores solteros gastan el doble en cuidado de niños que las parejas, al tiempo que también necesitan un 23% más de cuidado infantil. Antía, que es madre y soltera, apunta que “quien tenga humanos pequeños en casa sabe lo que consumen y con un solo sueldo es difícil de asumir”. “Las ayudas son escasas e inalcanzables”, añade.


El problema de la vivienda

De todos modos, posiblemente el principal problema económico que más lastra a los solteros es el acceso a la vivienda. Juan Carlos Martínez lo señala como el más destacado y Antía también lo presenta como un gasto importante, que desequilibra las cuentas.

Los solteros están pagando el mismo alquiler que el resto de la población y viendo como los precios escalan año tras año –casi se podría decir que mes tras mes– pero teniendo que asumirlo de forma única. Ni el gasto del alquiler se divide en dos, ni lo hacen los suministros esenciales, como puede ser la cuota de internet. “Todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna y una vivienda digna no es compartida con seis personas“, recuerda Alfonso.

Si el alquiler sale caro, tampoco es que las hipotecas sean más sencillas. “En mi caso, y al ser una hipoteca compartida, fue más fácil; aunque necesité de otra persona porque ninguna de las partes implicadas podía por separado”, apunta Kiko, un soltero que se ha enfrentado a pedir una hipoteca. “Pero sí que cuando solo es una persona, al banco solo le hace falta pedirte la cartilla de vacunación“, añade.

“Al banco le da igual la soltería, mientras aportes las garantías necesarias”, indica por parte Juan Carlos Martínez. El problema está en que llegar a esas garantías necesarias resulta más complicado cuando entra un solo sueldo en casa. Las cuentas de iAhorro para 2021 indican que solo un 36% de hipotecas son firmadas por una sola persona.


Sobrevivir a la Renta 

Pero volvamos nuevamente a la cuestión de la campaña de la Renta y la posición de las personas solteras. “En la campaña de la Renta, muchas de las deducciones fiscales están pensadas para las familias. No hay deducciones para personas que vivan solas”, indica Juan Carlos Martínez. Esto hace que al final las personas solteras salgan perjudicadas, aunque, como recuerda el experto, la situación “tiene cierta lógica”. Tener hijos es necesario para mantener el estado del bienestar, recuerda, por lo que se entiende este contexto.

Si a la soltería se le suma además el ser autónomo, casi se podría llegar a la cuadratura del círculo en los impuestos. Esther es soltera y autónoma y cree que pagar impuestos es importante, pero reconoce que “como soltera autónoma que contribuye con todo lo que tiene que contribuir siento muchas veces que sí [hay una carga elevada de impuestos] porque no recibo los mismos beneficios que el resto de familias”. También Kiko, como emprendedor que ha montado su propia clínica de fisioterapia, también apunta que los autónomos tienen las cosas complicadas y muy pocas ayudas.

Prado Salcedo, de redacción Área Fiscal-Contable de Lefebvre, no acaba de ver esa idea de que las personas solteras sean el daño colateral de la declaración de la Renta, porque recuerda que el IRPF parte de “principios de igualdad, generalidad y progresividad”.

Aun así, Salcedo nos da unos cuantos consejos para solteros sobre cómo lograr ahorrar en la declaración de la Renta. Los contribuyentes solteros “deben tener en cuenta la posibilidad de reducir la base imponible del Impuesto mediante las aportaciones y contribuciones a los distintos sistemas de previsión social” y estar atentos a las deducciones disponibles. Es en los rendimientos del trabajo donde sí se tienen en cuenta las “circunstancias personales y familiares de cada contribuyente”, por lo que es ahí en lo que deberíamos fijarnos a lo largo del año para no llevarnos sorpresas al hacer la declaración.

Pensar en Hacienda o en el lastre de la tasa single, casi obliga a pensar en una salida. ¿Hay una manera de evitar este peaje? Para Hacienda, no hay trucos milagrosos de ahorro. Para evitar los gastos excesivos, quizás toque pragmatismo. “Al final, la mejor forma de evitarlo es vivir emparejado o con amigos”, concede con humor Juan Carlos Martínez. No tienes que casarte o que buscar una pareja de forma tradicional, pero sí compartir gastos. “En ese sentido, es el mejor antídoto”.